¿Sabíais que
el 90% de la red empresarial
auxiliar aeronáutica andaluza está en Sevilla
y Cádiz? Esta circunstancia
beneficia a las dos provincias que se han agarrado a este motor ante los
continuos cierres de empresas en otros sectores, además es interesante saber
que el sector aeronáutico da trabajo en la bahía gaditana, de forma directa,
a más de 2.500 personas. Unas 800 forman parte de la plantilla de las
dos factorías que Airbus tiene en la
provincia: la de Puerto Real,
dedicada a la aviación civil, y el Centro
Bahía de Cádiz (CBC) de El Puerto de Santa María, incluido dentro de la
línea militar del consorcio aeronáutico.
El centro puertorrealeño participa en la
fabricación de algunos de los aviones más señeros, como el A380 o el nuevo A350XWB.
Actividad suficiente para las dos plantas tractoras y para las más de 20
empresas auxiliares que trabajan para Airbus en la provincia.
En menos de cinco años la fábrica de aviones de Airbus en El Puerto de Santa María (Cádiz) pasará
de construir piezas para 30 aviones al año a alcanzar las 1.000. Una nueva línea
de montaje pulsada, maquinaria pionera en el mundo, facilitará este brutal
incremento en la producción a partir de 2019 y, según sus responsables, permitirá
aumentar “significativamente” su plantilla, que ronda actualmente los 300
empleos, y la de la industria auxiliar. Será, sobre todo, gracias a los
contratos del A320neo para Airbus,
un avión civil para unos 150 pasajeros, cuya demanda crecerá exponencialmente
en los próximos años.
Airbus
Defense and Space, antes Airbus Military, tiene en El Puerto su centro
pionero en utilización de materiales compuestos como la fibra de carbono. La planta gaditana, conocida como CBC,
fabrica, entre otras piezas los fan cowl – el capó que cubre los motores de los
aviones – del A320 neo.
La línea de montaje pulsada que
permitirá multiplicar la producción en El
Puerto de los 30 aviones a los 1.000 al año ha sido posible gracias a
anteriores inversiones en I+D+I,
para crear una cadena, en su concepción similar al de los automóviles, en la
que los operarios trabajan con maquinaria suspendida en el aire, como si no
hubiese gravedad. Aumenta el ritmo de
producción pero no reduce personal. Todo lo contrario. Y no solo eso,
sino que por cada empleo que se
genera directamente en la fábrica, se crean tres en la industria auxiliar.
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