Carbures, la multinacional con sede en El Puerto de Santa María que cotiza en el índice MAB español, ha conseguido remontar el vuelo y superar la grave crisis que vivió a finales de 2014. Tras dos años de crecimiento desaforado y múltiples adquisiciones de empresas y construcción de fábricas en España, EEUU y China, se vio obligada a pisar el freno. Suspendida su cotización durante tres meses de octubre a enero pasado, se vio obligada a rehacer sus cuentas de 2013 y 2014, y descontar el negocio y beneficio obtenidos por operaciones con empresas que en realidad eran parte del grupo. Fruto de ello, entró en pérdidas y despidió a su director financiero y accionista, Juan Juárez.
Además, su fundador, primer accionistas y consejero delegado, el gaditano Rafael Contreras, dio un paso al lado y dejó las riendas a José María Tarragó, quien como consejero delegado ha profesionalizado la empresa, logrado financiación y racionalizado su plan de
negocio para los próximos años. Contreras, supervisando todos estos cambios como presidente no ejecutivo desde octubre de 2014, ha vuelto en diciembre a la primera línea como presidente ejecutivo y ha impulsado el cambio de Tarragó por Ricardo Rey como nuevo consejero delegado.
Fruto de todo ello es, primero, la vuelta de la empresa a losbeneficios, ya que el resultado bruto de explotación (ebitda) será de 2,8 millones este año, frente a las pérdidas de 5,8 millones de 2014 tras la reformulación de las cuentas realizada por el auditor, Pwc. La cifra de negocio en el ejercicio 2015 que acaba de terminar será de 78,1 millones, un 33,7% más.
Para este año 2016, el plan de negocio prevé ingresos de 133 millones, es decir, hasta un 70,6% más. El ebitda subiría hasta 16,7 millones, más de cinco veces el del ejercicio pasado. ¿De dónde proceden estas cifras?
El grupo, especializado en diseñar y producir piezas en fibra de carbono, tiene ya su principal negocio en la automoción, ligado a las necesidades de los fabricantes de reducir el peso de los automóviles usando el composite. Tarragó, exvicepresidente de la multinacional catalana de componentes para automóviles Ficosa, ha sido el impulsor clave de este área.
En automoción, Carbures facturará 33 millones este año, más de las mitad de las ventas, y la estimación es crecer a 46,3 millones este año y 104 millones en 2017, cuando acaba el plan estratégico.
En aeronáutica, sector en el que el grupo se dio a conocer ya que su origen está en la empresa Easy Industrial Solutions, nacida para suministrar a Airbus, la cifra será de 27,1 millones en 2015, que crecerá levemente a 29,65 millones este año. Para 2017 se situaría en 55,2 millones.
Este plan de negocio, que prevé ventas totales de 178,8 millones en 2017, ha sido reestructurado para hacerlo más humilde y realista que el que se manejaba en marzo de 2014, cuando la empresa estaba en su apogeo. En ese momento se aprobó invertir 200 millones de euros entre 2014 y 2016, de ellos 90 millones para comprar empresas, para ingresar hasta 500 millones.
Ahora la estimación es destinar 40 millones de euros entre 2015 y 2017, de los que 30 millones ya se han financiado con un crédito del fondo catalán Black Toro Capital. Este grupo será además accionista ya que el préstamo es convertible en acciones.
Fichaje estrella y alianza con Ross
También en el capital ha habido variaciones: otro grupo familiar catalán, Anangu, prestó igualmente dinero en pleno estallido de la crisis a final de 2014 y tomó casi el 9%. Queda pese a todo un duro trabajo que haga remontar el precio de la acción, que en todo 2015 ha caído un 85%.
Junto a todo ello, Carbures ha dado dos campanazos sonados en 2015. Primero, el fichaje en octubre de Domingo Ureña, el primer directivo de Airbus en España hasta enero pasado. Es asesor para el despliegue internacional de Carbures y preside su comité de estrategia. En diciembre, Carbures anunció además que el magnate americano Wilbur Ross tomaría un 5% del capital y le asesorará en el sector de automoción. Ross es dueño de IAC, grupo de automoción con ingresos de 6.000 millones.
